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Si todavía no lo has hecho, abróchate el cinturón ya que 2017 será un año muy sorprendente e interesante para la industria porcina global. En todos los países que producen cerdo de un modo ventajoso está habiendo una expansión y, en algunos sitios como EEUU o China, a una velocidad de vértigo. El principal impulsor de este fervor productivo es el bajo coste de la alimentación en todo el mundo y unos precios de venta muy elvados en China. Este coste de la alimentación tan bajo en todo el mundo resulta en una producción rentable a unos precios de venta que hubieran generado grandes pérdidas en la pasada década.
Hace unos cuatro años, cuando el precio del maíz era de $7,00/bu ($275/Tm), me llamaron de una gran empresa agrícola para preguntarme si pensaba que el precio del maíz en EEUU volvería a estar alguna vez por debajo de los $4,00/bu ($157/Tm). Pese a que todavía no hemos recuperado el nivel anterior a 2006 (pre-etanol), el precio del maíz en EEUU está muy próximo a $3,00/bu ($118/Tm). La harina de soja de alta proteína (48%) ha seguido un patrón similar. Esto significa que la mayoría de productores de EEUU pueden alimentar a un cerdo hasta un peso de matadero de 97 kg (214 lbs) por unos $65. Añádanse otros $60 por los costes no relacionados con la alimentación y el umbral de rentabilidad de la producción será de $1,28/kg ($0,58/lb) en canal.
Lo realmente sorprendente es que el coste del pienso para producir un cerdo sólo ha variado en 2-3 dólares por cabeza durante todo el año 2016. Unos costes de alimentación bajos y estables son potentes motores para la expansión. Incluso con la caída de precios por debajo del umbral de rentabilidad en el cuarto trimestre, la mayoría de productores han asegurado su precio de un modo u otro e, increíblemente, ante los aumentos de producción sin precedentes que se esperan en 2017, los precios de mercado han subido desde los mínimos de diciembre hasta reducir las pérdidas a la mitad. Esto puede estar a punto de cambiar ya que los futuros cercanos indican un fuerte ajuste a la baja a corto plazo para igualar la oferta con la previsión récord para la primera mitad de 2017 que el USDA ha publicado en el Quarterly Hogs and Pigs Report de diciembre.
Sumándose a esta producción masiva de cerdo (también se ha producido un récord en la producción total de carne roja en EEUU) está la incertidumbre que la administración Trump está aportando a las plataformas globales de comercio establecidas y a las casi completadas negociaciones de dos grandes tratados globales de comercio (Acuerdo de Asociación Transpacífico, o TPP y la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión, o TTIP). El presidente electo Trump ha expresado que cancelará la participación de EEUU en el TPP el primer día que tome posesión. La producción de la UE (especialmente en España) así como la de EEUU (y ahora de nuevo Brasil), requerirá una gran actividad exportadora para evitar un desastre económico en estas zonas. Esto está causando malestar entre muchos productores de cerdo norteamericanos que creen que la administración Obama y el congreso han sido demasiado lentos durante la parte final de estas negociaciones, especialmente en el caso del TPP.
La mayoría de los políticos y de los medios en EEUU todavía no saben cómo leer al presidente electo Trump ya que implica un modelo completamente nuevo de liderazgo, protocolo y relaciones internacionales. La mayoría de sus pronunciamientos son ofertas de apertura en una negociación y suelen ser malinterpretados como declaraciones políticas debido a que la clase política y los medios de EEUU no se han encontrado nunca con este tipo de interacciones y comunicaciones. Quizá lo más astuto que se ha escrito hasta ahora sobre él es que sus seguidores "se lo toman en serio, pero no literalmente" mientras que los medios y otros "se lo toman literalmente, pero no seriamente". Cuando anuncia que sacará a EEUU del TPP lo que realmente quiere decir es que se hará un nuevo tratado, no que no tendremos acuerdos con nuestros principales socios comerciales. Hay más sobre como quedará todo esto pero aquí van algunas pistas que evidencian que 2017 será uno de los años más interesantes de la memoria moderna.
Es posible que el comercio estadounidense y otras relaciones estratégicas sean despojadas de sus marcos burocráticos y que lleven muy lejos los intentos de definir políticas en los países miembros (que ya han planteado objeciones respecto a su pérdida de soberanía). La disrupción que el presidente Trump traerá a las políticas gubernamentales establecidas proporcionará una oportunidad sin precedentes para que las naciones se repiensen sus apriorismos, que ya no son verdad. Por ejemplo, el fabricante de vidrio chino Fuyao Group está planteando trasladar sus fábricas de China a EEUU para ganar rentabilidad. En un reciente artículo en la revista Fortune, la empresa informa que los impuestos son un 35% más elevados en China que en EEUU y que la combinación de terrenos baratos y unas infraestructuras y transportes baratos y confiables compensan la desventaja de los costes laborales más elevados. Cabe esperar que el presidente Trump facilite dramáticamente estos movimientos y de paso a nuevas oportunidades de negocio basadas en su inteligencia e ingenuidad frente a la burocracia y las reglas establecidas, algunas ya muy anticuadas. Más en próximos comentarios.
